¿Qué sucede cuando los audaces mundos de la relojería y la gastronomía se fusionan? Yoann Caloué y Franck Reynaud tienen la respuesta.
Estos dos chefs se han unido a la familia TUDOR. La relojería y la gastronomía pueden parecer una combinación extraña al principio, pero existe cierta afinidad en estos campos: un énfasis en la artesania, un profundo respeto por el tiempo y, sobre todo, la necesidad de esforzarse constantemente, ser mejores y desafiar las normas. En esencia, estas disciplinas tienen más similitudes que diferencias.
La familia Tudor crece añadiendo el campo de la Gastronomía, incursión que ya hemos visto en otras marcas con diferentes colaboraciones en los últimos años.

